Hace unos cinco años escribí esto, lo encontré en uno de mis cds de archivos viejos y me pareció "publicable", creo que es la historia de muchos:
La ex,
La ex, la que se casó y ya tiene un hijo, a la que le dicen que su retoño se parece a uno.
La ex, la que todos quisimos y soñamos un día, la que fue la heroína de los cuentos más cursis de nuestra primera juventud, esa mujer de cara perfecta, cuerpo perfecto, risa perfecta, a la que nunca logramos descubrir un defecto o un toque de humanidad.
Esa mujer de alto vuelo y dientes de diamante, la musa de este párrafo, la que ganó espacio en varios centímetros de neuronas, esa que nos despertó del letargo de la acción sexual y nos sacó a pasear de la mano por el sendero de los placeres más carnales que se pueda encontrar, la ex, la que sabía como y cuando. Ella, la que llegaba encendía la fogata y se regresaba a su guarida dejando todo incendiado, esa mujer de lejos, leyenda viviente, personaje de la historia que mantiene fresca su imagen y su mirada.