viernes, 14 de noviembre de 2008

DE CABALLOS EN LOS ANDES

este es "regalado", mi caballo.


Este poema que encontré, escrito por un jinete cayambeño, sintetiza las emociones y gratos momentos que se viven cuando sales al campo a caballo, cosa que en la sierra del ecuador es una experiencia alucinante:

Están en mi memoria; un manso río
jugando con las piedras de su lecho
Un sombrero, besando gris barbecho
y un caballo negro, desbordando brío
Duros jinetes, desafiando sol y frío
Un corazón, saliendose del pecho
Una fusta, como único pertrecho
Y un pigñerol de puro escalofrío.

El sol que agoniza, por un labrantío,
fue mudo testigo, de todo lo hecho;
más la luna irrumpe, con todo derecho,
a escuchar el canto, de los pío pío.

Un humeante tronco, al prado desordena,
Prendido con palos, de un viejo portillo,
Recuerdo fundirse, al son de un pasillo,
Que evoca pesares, traiciones y pena..

Cuan grato es recordar la noche amena,
De vivas notas, rasgadas con esmero,
Noche sencilla, labrada en potrero,
Campera noche de abrazo y copa llena...